lunes, 9 de julio de 2012

Tardes de verano "añoranza"

Soy una de esas españolas como tantas otras, que vive en el extranjero, por esos caprichos de la vida, llamado destino. Vengo a España a menudo, como dos veces por año, y en cada ocasion mi estadia es de un mes, sobre todo vengo para quedarme con mis padres, que ya estan mayorcitos. Al llegar el avion al aeropuerto de Barajas, no me veo, pero creo que mi cara se ilumina, al igual que mi alma, como lo añoro. Se despiertan en mi todos esos olores y esos sabores que aun recuerdo en mi paladar. Cada momento lo disfruto, como si fuera el ultimo en mi vida, intensamente, y con todas mis facultades. Esa alegria que se respira en las calles. Paso el verano en esta ocasion en un pueblecito de la Comunidad de Madrid, concretamente en Manzanares el Real, y cuando salgo en la mañana, a veces en direccion al centro del pueblo y me cruzo en el camino con algun vecino, me emociona recibir el " buenos dias" cosa que cuando vives en el extranjero, te olvidas, porque nadie habla con nadie. Vivi un largo periodo de mi vida, en una ciudad de Norte America, en el que me tenia que mentalizar al salir de mi piso, para no decir buenos dias, porque me miraban con cara extraña, se imagina como se puede vivir asi? Por eso cuando llego de vuelta a España, me emociono con esas pequeñas cosas, pero tan importantes! Quien ha vivido siempre en España y me escucha contar estas cosas, a veces cero que ni se lo creen. Quizas mi castellano no sea perfecto a estas alturas de mi vida, ya que hace muchos años que vivo en el exterior y al hablar en otros idiomas, se pierde la indosincracia, y mis expresiones pueden parecer un poco raras.

domingo, 8 de julio de 2012

Tardes de verano "gusanitos de seda"

Aqui estoy en mi buhardilla, recordando. En las primeras horas de la mañana de hoy, me encontraba encontraba en compañia de mi padre, estabamos echados cada uno en una hamaca, en la terraza del frente de la casa, en este pueblecito encantador de Manzanares el Real, a nuestras espaldas pero bastante mas abajo, pues la casa esta situada sobre una roca en lo alto de la montaña rocosa, se escucha el ruido del trafico en la carretera, lejanamente, a orillas del pantano, hasta se divisa una pequeña playita, ocasionada por la escasez de agua en los ultimos meses, la sequia ha hecho que el nivel del agua disminuya y se deja ver hasta un caminito que atraviesa el pantano por un lado, cuando el nivel del agua esta bajo. Como empeze a decir, mi padre se encuentra a mi lado y empieza a contarme como mi bisabuelo tuvo que hacer, por ahi de los años veinte, mil novecientos veinte,para pagar el alquiler de un terreno de regadio, a orillas del arroyo de Valdebebas, que ascendia a la suma de doscientas pesetas al año, unos treinta y cinco euros, mas o menos. Nadie hoy en dia, hoy se podria creer una cosa asi. Mi abuelo era agricultor y de eso vivian, del fruto de sus cosechas que despues vendian en el mercado. En su casa, que no estaba muy lejos del arroyo, tenian entre otros una morera, un arbol cuyo fruto son las moras,y mi abuelo personalmente se encargaba de recolectar las moras que despues vendia a 0.35 centimos de peseta, la tazita, asi de taza en taza, y con la ayuda de otros frutos, podia vivir y cancelar la renta del terreno. Que recuerdos! Ese arbol de moras, me transporto a mi infancia, cuando a principio del año, mi mama me compraba los gusanitos de seda, que muy cuidadosamente mantenia guardados en una caja de zapatos, con agujeritos para darles ventilacion, y que por supuesto tenia la obligacion de alimentar. Cada tarde cuando regresaba del colegio, iba a casa de una vecina que tenia una morera, a recolectar algunas hojas verdes y frescas, que eran el unico alimento de los gusanitos. Y como engordaban!, con el tiempo comenzaban a construir su pequeña guarida de seda, solo con su saliba, eran casitas pequeñas, alargadas y blancas, parecian tan sensibles y delicadas, me encantaba ver el proceso, y que decir del resultado final, cuando esa casita enpezaba a moverse y terminaba rompiendose, apareciendo una bella mariposa, ese si que era un momento especial en mi vida, era fascinante. La dejaba libre, volar y cuando ya salia la ultima, me despedia hasta el año siguiente, que me volvieran a comprar los gusanitos. Tenian un olor especial, cada vez que habria la caja para alimentar mis gusanitos, y que sabor, el de las moras blancas que venian todavia pegadas a las ramitas con las hojas que recolectaba cada tarde.

sábado, 7 de julio de 2012

Tardes de verano

Manzanares el Real, me paree el lugar idoneo, para olvidar que existe otro mundo al que pertenecen el ruido, las obligaciones y las prisas. Desde mi buhardilla, en esta casita rustica rodeada de montañas de piedras, mas bien de rocas inmensas, con olor a tomillo, hoy ya se siente el final del verano, hay un sol brillante, y al mismo tiempo una brisa fresca muy agradable. Temprano esta mañana, despues de disfrutar de un bello amanaecer del sol, desciendo de mi altillo, a prepararme un rico jugo de naranja, que precede a mi desayuno, para tomarmelo mientras doy un vistazo a los tomates que crecen en el pequeño huerto de mis padres, que alegria, por fin hoy ya los puedo cortar, estan lo suficiente rojos y maduros para preparar una rica ensalada. Que aromas, desprenden las matas de tomates, mis manos quedaron impregnadas de ese perfume, es un olor indescriptible, hay que vivirlo, al menos una vez en la vida, lo recomiendo. Son esas pequeñas cosas que hacen que nuestro dia sea uno mejor que el anterior. Como la cosecha fue grande(3 tomates) los tome una foto como recuerdo de mi estancia, aqui, en mi añorado Madrid. Algun dia, esa foto sera tema de conversacion con mis nietos.!Que placer! Arrancarlos del tallito verde que les sostenia, lavarlos, y asi simplemente cortados al medio con un poco de sal, claro que solo me tocaba uno, habia que compartir ese manjar. No se si despues de esta experiencia, voy a poder comer los tomates comprados en la fruteria, ya no tienen ni sabor, y de pensar todos los quimicos que les caen encima antes de que lleguen a nuestros mercados, nada comparable. Despues del almuerzo, ansio el momento de subir a mi buhardilla, para hacer "la siesta", que casi nunca hago, comienzo a hojear mis " Casa&Campo", siempre hay articulos muy interesantes, o entrevistas, y esos espacios tan acogedores que nos hacen disfrutar visualmente y nos dan tantas ideas, soy una decoradora autodidacta, en mi vocacion por el arte, me diriji hacia la pintura, la escultura y las artes del fuego, y no me quedo tiempo para dedicarme mas de lleno a la decoracion. Pero si mi hija la pequeña, estudio Decoracion de Interiores, lo llevamos en nuestros genes. En mi hogar, cada dia, añado untoque diferente en la decoracion, o cambio algo de lugar. La buhardilla, aqui en la casa de campo de mis padres enManzanares el Real, en diez dias desde que llegue, dio uncambio total, realmente este lugar,meinspira, es tanbello!!

Recuerdos de infancia

Hace una semana llegue a Madrid, procedente de Caracas, donde resido actualmente, vine a pasar un mes de verano con mis padres y hojeando las revistas que voy dejando de otros viajes, me encuentro con mis "Casa&Campo", mis prefereidas, vuelvo a leer en el capitulo "Cuadernos de Campo", unos articulos bellos escritos por Vela Zanetti titulado "Aguadillas". Si realmente me zambulli en la narrativa de la periodista Zanetti, encantadora reflexion que me transporto a mi infancia con recuerdos que ya casi habia olvidado, valga la rebundancia, en la zambullida en el rio con mis hermanos y primos, en esos domingos que ibamos en familia a pasar un dia de campo, con mis padres. Era una sorpresa y una incognita meterse en esos rios de aguas turbias a veces, otras mas cristalinas, y esa convivencia con los pececillos y en ocasiones alguna culebra, que me producian un espanto terible. De ahi, continuando con los recuerdos, ese olor a leña quemada con ramas de retama y de tomillos, donde mi padre preparaba esas suculentas paellas con conejo, que aromas! Y ese arroz pegadito en el fondo de la paellera. Que no daria, por volver a revivir esos momentos otra vez!!. Y que decir de la tortilla de patatas que mi mama llevaba preparada, de la mañana temprano antes que ninguno de nosotros se despertara, ya ella estaba metida en la cocina, preparando la gran cesta de mimbre con todos los aparejos para un dia de campo, los platos de plastico, los vasos igual, la cafetera italiana de aluminio, el mantel y las servilletas, de cuadritos rojos y blancos, muy importante este detalle, porque aunque estabamos en el campo, comiamos en mesa y con mantel. Todas esas exquisiteces acompañadas del pan de pueblo, que comprabamos en el camino en algun pueblo por el que pasabamos, ya podia ser en San Agustin o en Colmenar Viejo, nunca podre olvidar el pellizco que le dabamos a ese pan recien comprado en el coche, durante el camino, !que sabores! Esas escenas familiares , los padres con todos los hijos, los tios los primos, los domingos,son cosas que pertenecen al pasado y nunca jamas volveran a existir, solo en las memorias de todos aquellos, que como yo, acabamos de cumplir las 60 primaveras. Ahora raramente, los padres salen con sus hijos, cuesta mucho arrancarles de la video consola, o del nintendo, los video juegos,y claro ni que decir tiene, meterse en un rio ahora en los tiempos que corren, es algo impensable, por cuestiones de higiene, de contaminacion, etc. Me gustaria escuchar, o ver por un agujerito, dentro de 20 años, cual sera el recuerdo de nuestros hijos en un domingo familiar. Dado que mis padres viven actualmente y son muy lucidos, todavia estos recuerdos mios, tambien son sus recuerdos, y nos es muy grato volver a ellos de vez en cuando.